CAPÍTULO I: EL INVENTO

CAPÍTULO I: EL INVENTO

Este texto como muchos otros me hace reflexionar sobre como nuestra mirada, se enfoca solo a lo que nuestro subconsciente quiere ver, ya sea por gusto o por razones ajenas a la razón. 

Lo que trato de decir es que en base a lo que miramos podemos formar una cantidad inimaginable de imágenes, pero que sin duda alguna guardan patrones y formas, que ya tenemos en mente, gracias a nuestra mirada.

Dentro del capitulo Sadoul, nos muestra como científicos e inventores trataban de poner estas imágenes que se tienen en mente en movimiento. Inventaron maquinas y aparatos, que permitieron tener avances en el cine pero estos, tenían limitaciones. El zoótropo debía ser una imagen cíclica, el taumatropo sólo podía combinar imágenes, el teatro de luces de Raynaud se limitaba a tramas cortas y cómicas. Estas limitaciones motivan la búsqueda ofreciendo a un maravillado espectador diversas experiencias nunca antes vistas. 

Gracias a los errores, se comienza a investigar con el cuadro fotográfico, permitiendo planos y con esto la fotografía queda elegida como embajadora definitiva del movimiento del hombre. 

Fue entonces que la imagen en movimiento nos ha permitido crear animaciones, películas completas que no el hombre ha podido intervenir manualmente. (Me hace recordar al cine George Melies y sus fotografías intervenidas con lapices de colores, que creaban escenarios nunca antes vistos)

Hoy en día contamos con aparatos tecnológicos, que amplían la edición de nuestras imágenes, nos posibilitan a tener mas efectos y nos reducen el tiempo, de lo que antes era supongo eterno.

Sin duda alguna hay que agradecer a todos aquellos aparatos e inventores que fracasaron, porque gracias a sus ocurrentes propuestas, podemos disfrutar del cine y seguir creando imágenes, que no se quedan en un montículo de ideas, imágenes planas en donde no cabe todo lo que se nos ocurre, ahora podemos crear una secuencia de esa imagen que nos lleva a otra sin dejar el principio de lado.